Cíclico


Los que me conocen, no es sorpresa decirlos que soy una persona despistada. Pero igual, no soy una de las que se puede decir: "¡Qué suerte tiene la chica ésa!" No. Definitivamente no.


Naturaleza despistada y mala suerte juntas suelen ponerme en situaciones, como mínimo, graciosas.


Hoy, mi mamá me pedió ayuda con las compras de los legumbres para la comida de mañana, viernes santo. Bueno, como eran pocas las cosas que debería traérnoslas, decidí que no llevaría a mi coche sino a un "coche de feria". Uno igual a ése. Hasta ahí, todo bien.


Al regresar a mi casa, hablando a mi mamá, percibí que habían algunas papas por toda la calle.


Probablemente, se reventó el paquete de alguien y todo se quedó esparcido por la calle.


Empecé a reírme tanto que tuve de sentarme en el paseo hasta que se me pasara la crisis de risa.


La encena era muy graciosa, papas enteras cerca de algunas que los coches ya habían pasado por encima, papas grandotas cerca de las chiquillas y papas cerca y otras tan lejos que no había explicación de cómo se habían ido parar allá.


Seguimos nuestro camino y al llegar en casa, empecé a descargar el "coche de feria" y me di cuenta de faltaba algo...


¿Alguien vió las zanahorias que compré hoy por la mañana en la feria?





Seguro que uno que llega por primera vez en mi barrio pensará: Oye, ¡qué gente más sana! Las ensaladas están incluso por las calles...







PS - Mi madre sigue con su discurso de la importancia en no reírse de la desgracia ajena... y yo sigo riéndome de todo eso.



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