Liliane y Manoela


Esta es una historia de dos chicas distintas. Una chica que no tenía mucha paciencia con ciertos tipos de cosas y de otra que hacía mucha cuestión de tener paciencia con todo.


Liliane es Secretaria Ejecutiva y Manoela es dependienta de una tienda de ropa.


Sus caminos se han cruzado en un bello día de sábado cuando Liliane, tan necesitada de un vestido(sus otros 23 no le eran suficientes) se adentró a la tienda. Manoela, muy atentamente, la atendió:


- ¿Puedo ayudarle, señorita?


- Sí, por favor. ¿Cuánto cuesta este vestido?


- Ah pues, no lo tenemos en su talla, señorita. Pero, este…


- Oye, disculpa, pero te pregunté cuánto cuesta.


- Pues esto, señorita. No lo tenemos en su talla. A cambio que este(enseñándola otro modelo) sí, Lo tenemos…


- ¿Quién te dijo que quiero el vestido ese para mí? ¿Ha pasado por tu cabeza que lo quiero para un regalo?


-


- ¿Y entonces?


- No. De hecho no me había fijado.


- ¡Muchas gracias por ello!


- De nada.


-



Digamos que el primer contacto no fue uno de los mejores que han tenidos en sus vidas. Y Liliane, muy a contra gusto, decidió que debería darle otra oportunidad.


- ¿Tienen pantalones tipo vaquero del color negro?


- Sí.


- Me gustaría ver los modelos que tienen.


- Es que… que pasa es que… nuestras ropas no han sido hechas para el “cuerpo aventajado” de las brasileñas.


- Disculpa, pero creo que no te estoy entendiendo.


- Es que las brasileñas tienen “fuerza” en… ejem…


- En el culo.


- Sí. Es un punto en destaque.


- ¿Y qué?


- Pues… no tenemos culpa de ese PROBLEMA de ustedes.




Me fui de la tienda. No antes de mandarles a todos a tomar por el “punto en destaque de las brasileñas”.

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