Cosas que sólo Hostel Terra Extremus hace por tí


Imposible dejar de comentar sucesos del viaje. Imposible. Además si uno se queda alojado en el Hostel Terra Extremus.


Era un viernes. Habíamos acordado de quedarnos (casi) todos en el Hostel porque era la graduación de Nico y para festejar, nos tomaríamos unas cervezas y whisky y vodka y vino y gasolina que por si caso.


El Hostel estaba con su capacidad máxima de personas. Un grupo de porristas y sus entrenadores estaban alojados este día y se veía “aburricentes” en todos los rincones.


Bueno, estaba yo junto a otras tres personas amigas en la cocina, obviamente cocinando, mientras los otros amigos estaban en el área común del Hostel que, por casualidad, está delante de la puerta de la cocina.


A un momento de esta noche feliz, de pronto empezamos a escuchar un sonido como que de una llave que se abre o una ducha. Pero, era un sonido mucho más fuerte que el común y lo escuchamos al mismo tiempo en que la luz de la sala que está al lado de la cocina se enciende.



Pausa para aclaración: La sala de al lado es la bodega. Hay un hueco en la pared entre la cocina y la bodega que es, creo yo, por lo de ventilación. Es que en la bodega no hay ventana.



La lógica(mía, claro, que no conozco a todo Hostel) fue hacer conexión entre el sonido de agua a alguien que abriera la llave en la bodega. Todos los otros, incluso los Staffs del Hostel, estaban de acuerdo conmigo.


Hasta que Alex, uno de ellos, decidió preguntarles a sus compañeros:


- ¿Desde hace cuándo hay llave en la bodega?



Total que 7 personas en la cocina mirando al hueco en la pared, la luz encendida/presa, admirándola, su belleza, su brillo, en éxtasis, casi en nirvana, casi en un orgasmo… mientras nuestros pies se empapaban del agua que salía de la tubería abajo del fregadero. EN LA COCINA.


Cuando nos dimos cuenta de lo qué pasaba fue lo mejor. El diálogo y actuaciones que siguen son lo más cercano del ridículamente aceptable que he visto nunca:


Nicolás (el graduando) a gritos de desespero:


- Dieeeeeeeeeeeeeeego… cierra la llave general del agua.


Diego (el colombiano más guapo que conozco… de hecho es el único que conozco… jejejeje…) que en este momento estaba en la recepción y de nada sabía, no le hizo caso a Nico.


Nico (desesperado escalera arriba gritando):


- DIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEGO… CIERRA LA LLAVE GENERAL DEL AGUA.


Diego (tranquilamente y asomándose a la ventana): Pero, ¿qué pasa?



Aquí hay otra pausa porque es la explicación que Nico le dio a Diego y como Nico, además de chileno, habla muy rápido no entendí absolutamente nada qué dijo.



Lo que se vio enseguida:


a) Diego corriendo a cerrar la llave general.


b) Uno de los entrenadores de los(as) porristas lleno de espuma por todo el cuerpo, de toalla (la propia visión del infierno… terrible… tendré diez años de terapia para olvidarme de esto) en la recepción buscando informaciones sobre el por qué no había agua.


c) Cuatro personas en la cocina, dos escobas, un pano de suelo intentando contener el agua.


d) Nicolás, escalera abajo, gritando por Alejandra(la hace todo del Hostel) y ella, que se había juntado a nosotros hacía poco tiempo y todavía no se había enterado de la tubería rota, diciéndonos, muy contenta:


- Oye… ¡Qué contento se ve Nico por lo de su graduación!


e) Rodrigo, el administrador del Hostel, llegando 1 hora después, cascándose la cabeza, con cara de “WTF”, preguntándole a Ale:


- ¿A quién llamamos, Ale?



f) Horas después, todos nosotros en el área común del Hostel, borrachos, contándonos esta misma historia una y otra vez, meándonos de risa TODAS Y CADA UNA de las veces que la historia era contada.


Resumiéndolo: Una de las noches más divertidas de mi vida.


¡AMO MUCHO A TODAS ESTAS PERSONAS!


¡DE MONTÓN!


A los chicos, a Ale, a Dudu… han hecho con que mi viaje fuera muy especial.


¡MUCHAS GRACIAS, AMORES!


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