Para él


Me moría un poco a cada una de sus aventuras. Sabía de todas y cada una de ellas(aventuras y mujeres). A cada noche que pasaba sola o con los recuerdos de si en la cama. Y asimismo nada hacía. No le cobraba fidelidad. Me había olvidado de muchas cosas, incluso de lo que era respecto. Asimismo seguía.


Cuando él se fue de su casa abrigándose en una relación destinada a la nada, olvidándose de que no se puede huir de si mismo, yo lo esperé. En mi rincón. Observándolo de reojo.


Él regresó. Años después. Quise pensar que era por mí o para mí. Dulce ilusión ésa la que el amor nos hace creer que “las cosas se arreglan por si mismas”.


No se arreglan.


Todo exige mucho de nosotros. Exacto: 1º personal del plural. Dos o más personas.


Amarlo no es suficiente. A veces pienso que sí, sin embargo me acuerdo que también quiero un trocito de su amor. A su manera. Pero lo quiero. Lo necesito.


También yo intenté engañarme estando en relaciones efímeras a dónde el vacío de su ausencia era rellenado por el vacío de la cama al despertarme sola después de sentir el peso de otro cuerpo sobre el mío anoche.


A veces tenía ganas de sexo sin amor. Con él nunca pude tenerlo porque lo amaba. Lo amé. Lo amo.


¿Me escuchas?


Te hablo.


Te amo.


¿Qué solías decirme entre los años 2000 a 2004? No estoy listo, muñeca.


Yo te pregunto hoy: ¿Cuándo lo estamos?


Pagamos fortunas en títulos universitarios que a la hora de lograr un empleo es lo que somos lo que es nuestro diferencial. Leemos y hablamos con nuestros amigos sobre relacionamientos para que podamos hacer lo mejor en lo nuestro. Y siempre nos rompen o rompimos el corazón de alguien.


Nadie está listo. Nunca.


Aprendemos a cada nueva mirada. A cada respiración (o falta de ella). A cada inspiración.


Todos los días perdemos células y ganamos experiencia.




Todos los días, mi amor, me pierdo de mí misma para encontrarme en ti.





Foto: Abstrato

Autor: Roberto Faria

Página: Olhares

Comentários

Postagens mais visitadas